“Podemos ser héroes, solo por un día.
Podemos ser nosotros mismos, solo por un día”
Cantaba mi amado BOWIE.
Y justamente es el poder que tiene esa canción, su voz que me susurra que podemos ser héroes,
o lo que queramos, o lo que necesitemos, o lo que intentemos,
lo que me lleva a pensar en esa idea absoluta y enorme.
Todos tenemos nuestros héroes particulares.
Y es bueno, y es sano elegirlos, mirarnos en ellos, llenarnos de su talento, de su amor,
de su realidad que a la vez nos engrandece, enriquece y termina por ennoblecernos.
Pienso en los míos.
Los busco, los elijo cuidadosamente.
Y desde aquí les reconozco mi admiración pública a esos tres héroes que hicieron mi vida mejor:
–Mi HÉROE de la vida: mi padre: ese hombre alto y de ojos azules , el más noble que he conocido,
que he tenido cerca y que me ha cuidado como nadie en la vida.
Siempre, a su lado, fui la princesa del cuento y él ese rey de mi reino que estaba a mi lado
para protegerme, pasara lo que pasase.
–Mi HÉROE de las letras: Julio Cortázar: otro hombre de ojos azules. Curiosamente muy alto, como mi padre.
Leerlo, pero sobre todo, escuchar su voz grave, recitando poemas o sus cuentos,
abren siempre, irremediablemente, la puerta de mis ojos para que las lágrimas salgan a pasear por mi rostro, alborotadas.
–Mi HÉROE de la música: claro, David Bowie: otra voz que me conmueve y casualmente, cierra el círculo de los ojos azules,
aunque en este caso sea sólo uno de esos ojos bicolor.
El gran duque blanco estuvo presente en mi adolescencia, con sus películas y sus discos
y además de adorar esas facetas por igual ( la de cantante y actor), cada uno de sus cambios se convirtió en lo más natural para mí.
Todo lo que nacía de David Bowie pasaba ser objeto de culto.
Y desde hace un mes me ha dejado completamente huérfana con su partida hacia sus estrellas, ese Starman que me hacía brillar…
Siempre creí que todo cambio es una actitud que requiere coraje.
Porque, ¿qué significa ser un héroe o en el mejor de los casos, un súper-héroe, para nosotros?
¿Qué importancia tiene sentirte un héroe en estos tiempos donde cada día es tan igual al anterior
y la rutina muchas veces nos mantiene anestesiados?
Mi mente inquieta lo tiene claro: creo sinceramente que cambiar se convierte en el mejor antídoto contra la mediocridad.
Superar nuestras expectativas de supervivencia y volar.
Volar con la mente, con el corazón latiendo cada vez más irregular, menos equilibrado.
Como cuando caminas por la calle escuchando música y por los auriculares suena esa canción que tanto te gusta
y te hace sentir parte de un videoclip, y que solo por ese momento, eres el gran protagonista, y sientes que puedes ser cualquier cosa,
lo que desees, lo que más te guste.
Si para sentirse un héroe es necesario cambiar: PUES CAMBIEMOS.
Todo, y con absoluta franqueza hacia nuestros sentimientos:
hazte un corte de pelo, cambia de ciudad, de trabajo, de amor.
De lo que sea.
De lo que necesites para ser feliz.
Porque hay que buscar y perseguir aquello que nos motiva,
que saque ese héroe que todos llevamos dentro.
Y que vale la pena llegar a sentirnos héroes de nuestra propia vida,
como esos súper-héroes de nuestra infancia.
Tú cual eras?
Yo, por supuesto: LA MUJER MARAVILLA.
Buena semana, mis HÉROES.